domingo, 18 de julio de 2010

Los Domingos son para Güilson

Presento a mis gentiles lectores y lectoras uno de los personajes favoritos de mi adolescencia: Güilson, dios de la Güeva. Güilson es una mole amarilla nacida del ingenio de Falcón -caricaturista del desaparecido diario mexicano El Nacional- que domingo tras domingo, desde las páginas de El Cascajo, se desparramaba, incontenible, sobre los hombros de todos aquéllos que súblitamente eran asaltados por un ataque de pereza (esto es, flojera, galbana, fiaca... o simplemente hueva que, pasada por la irrevencia ortográfica de Falcón, resulta transformada en güeva) ante el despliegue de toda índole de situaciones kitsch, pretenciosas o falsamente solemnes. ¿Cómo olvidar el inefable coro celestial de Güilson, encabezado por Richard Clayderman? ¿o su súbita aparición cuando era invocado con aquel lugar común que distingue a México como un lugar surrealista? ¿o su inevitable presencia en los discursos que las autoridades docentes prodigan en cualquier graduación?...

Por derecho propio, los domingos son días que pertenecen a Güilson. Debo reconocer que yo no suelo recibir su visita dominical... imagino que debido a ello frecuentemente me visita el Dr. Stress, archienemigo de Güilson que, según Falcón, aparece cuando se desatiende tres veces seguidas el llamado de la güeva. Hoy, sin embargo, no es éste el caso. Hoy me visita Güilson, y he decidido agasajar a mi invitado.





¡Hasta la próxima semana!

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